domingo, 9 de noviembre de 2014

Expediente a Serunión


Gorgojos al punto

HÉCTOR MUÑOZ. MÁLAGA

La aparición de larvas en las comidas de algunos colegios de Castilla y León, y más recientemente en uno de La Rioja[1], provoca la apertura de un expediente por parte del Gobierno riojano a la empresa Serunión, concesionaria de dichos servicios. Los hechos han causado cierta alarma social, particularmente en el entorno de las asociaciones de padres y madres de alumnos. Serunión es la adjudicataria de muchos restaurantes, cafeterías y comedores de colegios y hospitales públicos españoles, entre los que se encuentra el Hospital Regional de Málaga 'Carlos Haya'.

Las inesperadas invitadas a la mesa son larvas de unos escarabajos picudos llamados genéricamente gorgojos, insectos que suelen colonizar cultivos y alimentos almacenados; el mejor preventivo contra ellos consiste en la limpieza, según la Nueva Enciclopedia Universal. [2]


Mucho se habla en la actualidad del consumo de insectos como alimento humano con alto valor nutritivo. Una costumbre oriental que el esnobismo occidental trata de importar en contra de la barrera cultural que los considera asquerosos. A un europeo medio, especialmente del Mediterráneo, la presencia de estos bichos en su plato es causa de repulsión e inquietud.
Inquietud que se ve acrecentada en aquellos que frecuentan los establecimientos de Serunión en Málaga, ya que, según el diario La Opinión de Zamora, las comidas que sirve la empresa en Castilla y León llegan diariamente desde esta ciudad.[3]
Serunión se autodefine como “una empresa española, filial del grupo internacional Elior, en la que desde hace 30 años trabajamos para cuidar a las personas”.[4] Sin embargo, los que comen en sus restaurantes no están tan seguros de tal desvelo; desde este mismo blog se ha denunciado en repetidas ocasiones la pésima calidad de la comida[5], del servicio en general[6], de los menús[7] e incluso de la presencia de un roedor en la cafetería-restaurante del pabellón A del Hospital Carlos Haya.[8]


No sería mala idea que los responsables del hospital informaran de las condiciones del contrato, de la elaboración de los menús, del origen de las materias primas, como el aceite que usan, y de la calidad de los productos que, mayoritariamente, consumen familiares, pacientes ambulatorios y personal sanitario, ya que no suele ser el lugar elegido para un almuerzo de amigos o una cena romántica.
A no ser que busquen sensaciones gastronómicas extremas, como el gorgojo de Serunión al punto.


1 comentario:

  1. No te olvides nunca de el flotante de pescado empanao en aceite de semilla inclasificable y del muslo de pollo leucemico recalentado de tres días antes. Exquisiteces no nos faltan.

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